El presidente de
Independiente Javier Cantero apuntó a los violentos. ¿Cómo lo ayuda el fútbol
argentino? Se preguntaba una nota titulada ¿Qué sólo esta Cantero! En la
sección deportes del diario Clarín.
Hace dos semanas, el propio
Cantero, presidente de Independiente dijo que los periodistas deportivos eran
peores que los barra bravas. Aunque posteriormente se desdijo de sus palabras…
Pero la intención de esta
nota no es hablar de los barra bravas hinchas de distintos equipos de fútbol,
sino de los barra bravas, periodistas y seudo periodistas deportivos, que
no solo te impresionan domingo a domingo por su desconocimiento total de este
deporte, de sus reglamentaciones y de muchas cosas más…
El término barra brava se emplea en América
Latina para designar a aquellos grupos organizados dentro de una hinchada,
respecto de un club de fútbol, que se caracterizan por producir diversos
incidentes violentos, dentro y fuera del estadio de fútbol.
Originalmente denominados barra fuerte, por el vespertino argentino
La Razón
en octubre de 1958, a
raíz del asesinato policial del joven Mario Linker en el partido entre Vélez
Sarsfield y River Plate. El término aparece en Argentina a comienzos de la década
de 1960, y luego se fue extendiendo su uso por toda América Latina. En Brasil
se los denomina torcidas organizadas, mientras que en otros continentes son
conocidos como hooligans o ultras.
Generalmente las barras
bravas utilizan banderas, lienzos y diferentes instrumentos musicales.
También se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, aquellas que
frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben ver el
partido de pie.
Este fenómeno se ha
extendido, en diverso grado, en diferentes países de América. Generalmente
tienen su origen en una subcultura juvenil de carácter urbano, donde se busca
la pertenencia a un grupo determinado. Si bien existe una amplia variedad de
estas barras en América, éstas tienden a presentar ciertos rasgos comunes:
exaltación de la fuerza, el nacionalismo, el sentido del honor asociado con la
capacidad de pelear y la necesidad de reafirmación.
Tradicionalmente, se ha
asociado a las barras bravas con la marginalidad urbana, y el consumo de
alcohol y drogas. En general, en la mayor parte de América estas barras
están conformadas por jóvenes entre los 14 y 25 años, mientras que en Argentina
los integrantes suelen ser de mayor edad, pues en ese país la tradición está
más arraigada. En el resto de los países de América Latina estas barras
han adquirido notoriedad progresivamente, al menos desde comienzos de la década
de 1990.
Pero en la última década, ha
aparecido una nueva generación de barras bravas… El periodismo
deportivo, que así como sus primos hermanos los barras bravas
tradicionales están acaparando el mundo del negocio fútbol.
Y así nos encontramos con
periodistas deportivos retirados, que de buenas a primeras volvieron, gracias
al «Fútbol
para todos» y que nos muestran que su retiro no era casual, y cuando vuelven,
ni siquiera se han actualizado con las nuevas reglamentaciones e
interpretaciones en el fútbol, y como ejemplo tenemos a ese ex prestigioso periodista
deportivo, ya retirado, que discutió la legitimidad del gol Cvitanich a San
Lorenzo. Sin darse cuenta que en la jugada previa, ante el desborde del jugador
Clemente Rodríguez, tanto él como su marcador, Cristian Tula, salieron del
terreno. Vino el centro, el cabezazo de Viatri y Cvitanich, de palomita,
convirtió.
Ahora bien, cuando un
jugador sale por acción de juego, se toma como posición el lugar por donde
salió por sobre la línea de gol, por lo tanto, en la citada jugada, tanto Tula
como el arquero Migliore habilitaban. Por lo tanto, el gol fue correctamente
convalidado. Pero el periodista que comentaba dicho encuentro, con un
desconocimiento total de las nuevas interpretaciones reglamentarias, intentaba
explicar porque no era valido. Pero este pequeño ejemplo, es tan sólo un de los
tantos desconocimiento de la mayoría de los periodistas deportivos. La regla 11
que se refiere a la posición fuera de juego es muy pequeña, pero tiene una
compleja interpretación. Sería oportuno que no sólo los jugadores, técnicos,
jueces y asistentes, sino también el periodismo deportivo en general la
repasaran para evitar errores durante los partidos y principalmente durante sus
trasmisiones.
Tanto es así, que otro
periodista deportivo integrante del staf «Fútbol para todos», en el día de
ayer, informo muy suelto de cuerpo, que Boca debería ganar su encuentro contra
Atlético de Rafaela, para poder asó alcanzar a Tigre en la punta del
campeonato, esta sola barbaridad nos demuestra que ni si quiera tienen idea de
los partidos disputados, ni de la posiciones, en líneas generales, de nada…
Ya que la mala información,
sea por desconocimiento o por cualquier otro motivo, genera VIOLENCIA,
de la que por su puesto ellos jamás se harán cargo y de la que todos los demás
son los únicos culpables.
Ni que hablar de los
periodistas que utilizan sus programas para matar o beneficiar a los jugadores
y/o técnicos amigos o enemigos según sea el caso… Recuerdo y ustedes también se
acordaran, como desde un prestigioso programa deportivo se le recomendó a San
Lorenzo a un integrante de dicho panel que no hacia mucho era director
técnico…, así como en otro programa deportivo se le sugirió contratar a un
centro delantero para un equipo mendocino, cuyo presidente es también el
propietario del canal de TV donde se emite dicho programa deportivo… y tampoco nos
podemos olvidar que en ese mismo programa deportivo primero se criticaba a Boca
por intentar renovar el contrato de una de sus estrellas y al programa
siguiente criticaban a los dirigentes de Boca, por no haberle firmado ya el
contrato a dicha estrella deportiva… Me pregunto el cambió, habrá sido producto
a que casualmente, el mentado jugador esa noche se comunico con el programa y
les dio una nota en exclusividad.
Muchos de esos periodistas
deportivos, que hoy se llenan la boca con alabanzas respecto de las actuaciones
de Messi, son los mismos que no hace mucho tiempo atrás lo criticaban hasta el
cansancio y decían que aún le faltaba mucho para ser comparado con la estrella
máxima del fútbol Argentino, Diego Maradona… Y ni que hablar de algunos otros,
que no solo son amigos, sino que el sólo hecho que su amigo se distancie de
otro jugador, hace que ellos pasen constantemente a desprestigiarlos día a día
en los programas donde actúan. Digo actúan, porque ya no son más periodistas,
que cumplen con la función de recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar
información relativa a la actualidad deportiva, sino meros interpretes de
una ficción, que ellos mismos crean, dirigen y representan..
El
periodista de Olé, Gustavo Grabia, autor de «La 12. La verdadera historia de la barra brava de Boca»: sostiene
que «Los barras
bravas no tienen ideología, son mercenarios»
Lamentablemente en este gran negocio llamado Futbol, parece que día a día
aparecen más y cada vez más mercenarios de este deporte… Por eso, hoy tenemos
los nuevos barras bravas, los periodistas deportivos, que al igual que con los
hinchas no todos son barras bravas, pero que hay muchos que se parecen, se
parecen demasiado…
Bienvenidas al negocio
fútbol señores periodistas deportivos, o mejor dicho
Bienvenidos
Barras bravas del periodismo deportivo…
Hola!
ResponderEliminarCom en todas las modalidades de periodismo, en el deportivo también hay mucha gente que no se merce estar allí porque no saben hacer bien su trabajo. Por esto es tan importante que la gente que quiera dedicarse a ello estudie la licenciatura periodismo deportivo y tenga una formación adecuada.
Laura