viernes, 29 de julio de 2011

Enigmas Vaticanos: El juicio al Papa muerto…

Hace unos días después de visitar el Sitio Oficial del Vaticano, halle casi por casualidad, una pagina que hablaba de los Enigmas Vaticanos, pronto me introduje en ella y pide ver muchas de las curiosidades que en estos dos mil años forman parte de la historia de la Iglesia y de sus Papas.

Pero ninguna luce más truculenta que el proceso celebrado al Papa Formentoso ó Formoso en febrero del año 897. Episodio éste más que curioso de la historia de la Iglesia en el que se juzga a un Papa muerto solamente por razones políticas.
Formentoso ó Formoso, como también se lo conocía, había nacido en Ostia y fue elegido Papa de la Iglesia Católica, el 6 de Octubre del año 891.
Su papado duró apenas 6 años, ya que falleció el 4 de Abril del año 896. Toda su carrera religiosa estuvo plagada de incidentes y se tiene constancia, que siendo ya cardenal había sido excomulgado por el Papa Juan VIII, por haber coronado como Rey de Italia a Arnolfo, que posteriormente llegó a ser Emperador de Alemania. Entre su corta biografía se puede encontrar el detalle que gracias a sus gestiones se logró la conversión del pueblo búlgaro.
Además, este Papa no apoyó políticamente en su momento a la familia Spoleto, por lo que luego de su muerte ellos mismos impulsaron un juicio contra Formoso muerto para tomar «venganza postmortem».
El caso del pontífice «procesado» después de muerto y de cuerpo presente es único en la bimilenaria historia de la Iglesia. Uno de sus grandes acusadores fue Stefano VI, que había sucedido a Bonifacio VI, a su vez sucesor de Formentoso.
Formentoso había falleció el 4 de abril de 897 y fue, al parecer, envenenado, en medio de una lucha sin cuartel.
Bonifacio VI  había reinado sólo quince días y que supuestamente había muerto de una enfermedad fulminante, como se informara oficialmente, pero siempre quedaron muchas dudas.
Al fallecimiento de Bonifacio VI, como dijéramos anteriormente, le sucede en el Trono de San Pedro, Stefano VI, quien quedó encargado de manejar el proceso de «damnatio memoriae» contra Formoso, que significa dañar la imagen o el recuerdo de alguien.
A este muerto lo llevan para someterlo a juicio en un concilio, éste hecho se lo conoce en la historia como el «Concilio cadavérico», ó «Sínodo del terror», ó «Sínodo del cadáver»  ó «Concilio de la muerte».
El Estado eclesiástico «cayó prisionero de manos rapaces», señala el historiador Gregorovius.
Stefano VI, quien tan sólo reinó menos de dos años, pertenecía al partido de Spoleto, y como lo dijéramos enemigo acérrimo del fallecido Papa Formentoso. El emperador de esta facción era Lamberto de Espoleto, quién llegó a Roma en febrero del 897 y de inmediato dispuso celebrar un proceso a Formentoso.
Después de nueve meses de fallecido, el cadáver del Papa Formoso fue exhumado y llevado a la Basílica de San Juan de Letrán, entonces sede de los pontífices. El alemán Gregorovius cuenta que los cardenales, obispos y otros altos dignatarios eclesiásticos fueron reunidos en la Sala del Concilio, donde los restos de Formentoso, ya en parte convertidos en una horrible momia, habían sido colocados en un trono, vestido con sus ornamentos papales, sentado en el trono de la Basílica y sometido a juicio oral con la presencia del Papa Esteban VI, un séquito de testigos y un fuerte olor a hombre muerto en donde el acusado poco pudo decir para defenderse.
El nuevo Papa Stefano VI, le gritó al cadáver: «¿Como has podido, por tu loca ambición, usurpar la cátedra apostólica?». Sí bien hubo hasta un abogado defensor, el cadáver de Formoso fue encontrado culpable, como era de esperar.
Pero las actas del juicio desaparecieron por lo que no se sabe a ciencia cierta cuales fueron los cargos por los cuales fue declarado culpable. El Sínodo firmó un acta de deposición, condenó «in aeternum al Papa», y los eclesiásticos rasgaron las vestiduras del cadáver, lo mutilaron, ya que se le amputaron tres dedos de su mano derecha con los que solía impartir las bendiciones y se ocultó su cadáver. Y por su puesto se le anularon todos los actos y ordenaciones que realizó durante su papado.
Sin embargo, en el año 897, un nuevo Papa, Teodoro II revirtió la sentencia y nuevamente el cadáver de Formoso fue perdonado y sepultado en la Basílica de San Pedro, de acuerdo a su investidura papal donde permanecería hasta el año 904 cuando el Papa Sergio III, a poco tiempo de acceder al trono, revierte la disposición y promueve un nuevo juicio contra el cadáver.
Y otra vez más El Papa Formoso, más bien el cadáver, es hallado culpable.
La condena dictamina arrojarlo a las aguas del río Tíber para que se lo trague el mar. Pero el cuerpo sin vida del Papa Formoso persiste en su lucha por no desaparecer de la historia y baya a saber como o el porque, queda sujetado en las redes de un pescador, quien lo rescata y lo esconde durante algunos años.
Posteriormente, en el año 911, cuando termina el pontificado de Sergio III, el persistente cuerpo de Formoso es devuelto a la sede papal donde pudo por fin, luego de tantas vueltas, descansar hasta nuestros días, sin ningún otro juicio post-mortem que soportar.


Pintura del juicio a Formoso por Jean-Paul Laurens (1870)


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