miércoles, 20 de julio de 2011

Un par de libros con basamento religioso para ser leído en estas vacaciones de invierno…

El Manuscrito Masada de Paul Block, Robert Vaughan.

Esta novela transcurre en dos tiempos: mezcla la época actual, en la que un sacerdote cristiano, Michael Flannery, y un equipo de investigación, seguridad y arqueología custodian y estudian un manuscrito encontrado en Masada, con una época muy posterior, enmarcada en los hechos ocurridos desde la captura, crucifixión y posterior resurrección de Jesús hasta el asedio sufrido por los cristianos en Masada, Israel, por parte del Imperio Romano, y que acabó con el suicidio colectivo de los cristianos al ver que iban a ser derrotados por dicho ejército.
El manuscrito encontrado en Masada, que fue escrito por Dimas Bar-Dimas, hijo de Dimas, uno de los ladrones que fue crucificado junto a Jesús, y por expreso deseo de dicho profeta, estaría datado con anterioridad a los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, y revela un extraño símbolo, el Trevia Dei, tres caminos a Dios, formado por la estrella de david del Judaísmo, la cruz del Cristianismo y la media luna con la estrella del Islamismo.
Trevia Dei que con el tiempo fue degenerando en Via Dei, una especie de cúpula derivada del cristianismo empeñada en que nada de esto salga a la luz, y dispuestos a pagar el precio que sea.
El manuscrito Masada es un relato sobre la búsqueda sin fin de la verdad espiritual y de la redención. Es una historia que cambiará su forma de ver el mundo… y su corazón.

Opinión personal: Me ha encantado esta novela con tintes históricos y religiosos, q habitualmente por lo general es una muy buena combinación. Por cierto, al leerlo, no he podido evitar que la palabra «secta» acuda a mi mente.

 
La Conspiración de Cristo: la Mayor Ficción de la Historia de Archarya S

La existencia histórica de «Jesucristo» es aceptada comúnmente por cristianos y no cristianos como un hecho cierto. Acharya S, en su riguroso y esclarecedor estudio La conspiración de Cristo demuestra, recopilando multitud de pruebas documentales e históricas, que no hay evidencias textuales de su vida y obra antes del siglo II d.C., en que aparecen los primeros evangelios, y que «Jesucristo» es, de hecho, una compilación de las vidas y enseñanzas de diversos dioses y hombres santos cuyos dramas fueron regularmente representados por los pueblos antiguos mucho antes de la era cristiana: de Mitra, Krishna, Attis, Buda, Dionisos y Hércules, entre otros, cuenta la tradición que nacieron también de una virgen el día 25 de diciembre, y resucitaron de su tumba, varios de ellos tras ser crucificados, el 25 de marzo.
Las páginas de La conspiración de Cristo son un valioso compendio de historia, religión, astronomía, teología y filosofía, demostrando como la Iglesia se apropió de «los elementos recurrentes de todos los credos del mundo»  creando así «una nueva fe, autentificada en un personaje histórica».
A medida que se va recorriendo las páginas de esta obra, mitos inculcados en el imaginario colectivo y ocultados en la medida de lo posible por la Iglesia, van fragmentándose uno tras otro: el hecho de que los cristianos en Roma fueron únicamente cincuenta mil cuando la población de la ciudad debía rondar el millón de habitantes, que la mayoría de conversiones a la nueva religión se hicieron mediante el baño de sangre de civilizaciones enteras, o que los Evangelios fueron escritos un siglo después de la muerte de Cristo, cuando se presupone que fueron escritos por los cuatro apóstoles que acompañaron al Mesías en sus andanzas, por poner algún ejemplo.
«Vosotros, pobres idiotas, decían los gnósticos a los primeros cristianos, habéis confundido los misterios de antaño con la historia moderna, y aceptado literalmente aquello que sólo tenía sentido místicamente».
La estrategia seguida por los padres de la iglesia que elaboraron el dogma cristiano podría resumirse en la siguiente idea:
«Recojamos los diversos elementos recurrentes de todos los credos del mundo y hagamos con ellos una amalgama, una “nueva fe” autentificada en un personaje histórico, que sin duda triunfará por todo el orbe».
La existencia e identidad de todos estos misteriosos personajes que son tan parecidos en su vida y hazañas, y que constituyen el mito universal, ha sido ocultada durante siglos a las masas por la iglesia cristiana, que ha destruido sus textos y asimilado sus cultos como parte de la «conspiración de Cristo».

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