lunes, 18 de julio de 2011

Nelson Mandela «Madiba» símbolo de la lucha del pueblo negro por la abolición del apartheid…

La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 18 de julio, día de su natalicio, como el «Día Internacional de Nelson Mandela».

«Los logros de Nelson Mandela tuvieron un precio enorme para él y para su familia. Su sacrificio sirvió no solo a la gente de su propio país, Sudáfrica, sino que hizo del mundo un lugar mejor para todas las personas, en todos los lugares… Él nos enseñó el camino, cambió el mundo».
Ban Ki-moon Secretario General de la Naciones Unidas

«Nelson Rolihlahla Mandela», nacido en Mvezo, el 18 de julio de 1918, abogado y político, fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal así como el líder del «Umkhonto we Sizwe», el brazo armado del «Congreso Nacional Africano (CNA ».
Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa, «Nelson Mandela» conocido en su país como «Madiba», se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros sudafricanos.
«Mandela» fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.
En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del «apartheid». Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud, presidida por «Mandela» en 1951-52, organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas.
En 1952 «Mandela» pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de «Mandela», que fue confinado en Johannesburgo.
Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.
En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.
El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes, «Mandela» fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.
Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: «Mandela» permaneció detenido varios meses sin juicio.
Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 «Mandela» fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafrican, y se encargó de dirigir el brazo armado del ANC, la Lanza de la Nación. Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.
En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue nombrado presidente del ANC.
Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. «Nelson Mandela» se convirtió en un símbolo de la lucha contra el «apartheid» dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia, «Mandela» rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años, su esposa «Winnie» simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el ANC.
Finalmente, «Frederik De Klerk», presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial, liberando a «Mandela» en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para negociar el proceso de democratización. «Mandela» y «De Klerk» compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Las elecciones de 1994 convirtieron a «Mandela» en el «Primer presidente negro de Sudáfrica», desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a «De Klerk» como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido «Inkhata» de mayoría zulú.
«Mandela» asumió el cargo bajo la presión de una expectativa enorme. Muchos negros vivían sin electricidad ni agua corriente, el 50 por ciento era analfabeto a causa de la enseñanza discriminatoria. Se esperaba que el 87 por ciento de la tierra cultivable, reservada a los blancos, fuera redistribuida «No esperen que hagamos milagros», advirtió «Mandela».
Pero el hecho de que hablara como presidente de Sudáfrica indicaba que ya había ocurrido uno.
 

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