lunes, 14 de noviembre de 2011

Jan Costin Wagner un escritor q ha llegado para quedarse….

Jan Costin Wagner nació en Lancen, Alemania, el 13 de octubre de 1972. Es «licenciado en Historia y Filología Germánicas» por la «Universidad de Frankfurt». Compagina su trabajo literario con el periodismo. Jan Costin Wagner  es una de las voces más sólidas de la nueva novela policíaca. Ganador del premio «Marlowe en el año 2002, el éxito internacional le ha llegado con la serie iniciada con «Luna helada», protagonizada por el atormentado Kimmo Joentaa, de la que «Silencio de hielo» es la segunda entrega, y «El invierno de los leones», es su tercera entrega.
Vive con su familia cerca de Fráncfort alternando con su segunda residencia en Finlandia de donde es originaria su mujer.

Obras
Saga Kimmo Joentaa
01- Luna helada (Eismond, 2003)
02- Silencio de hielo (Das Schweigen, 2007)
03- El invierno de los leones (Im Winter der Löwen, 2009)

Otros libros
Nachtfahrt, 2002
Schattentag, 2005

Saga Kimmo Joentaa
Kimmo Joentaa es policía en Turku, Finlandia, en la época actual. Joentaa creció en Kitee, un pequeño pueblo del este de Finlandia. Su padre murió cuando tenía 3 años. Decidió ser policía al terminar el colegio con la nebulosa esperanza de combatir el mal del lado de los buenos. Trabaja en la sección de «Asesinatos y Homicidios de la policía de Turku» y vive en una casa junto a un lago.
Con 29 años acaba de perder a su mujer, Sanna, que padecía la enfermedad de Hodgkins. Al día siguiente de su muerte se incorpora al trabajo. Triste, no podría ser de otro modo, amable, tranquilo, integro, serio. No le gusta el pensamiento unidimensional, es intuitivo y alcanza a ver lo que se les oculta a otros. Es capaz de empatizar con los motivos de los criminales.

Sus compañeros
Ketola, su antiguo jefe, disciplinado, malhumorado e irritable, pierde los estribos con facilidad. Está divorciado y su hijo tiene problemas; Paavo Sundström, su nuevo jefe, apuesto, simpático y con dotes de mando; Tuomas Heinonen, experto en informática; Petri Grönholm y Kari Niemi, sonriente y alegre, trabaja en Rastros.

Luna Helada
Sólo ha pasado un día tras la muerte de su joven esposa, pero el policía finlandés Kimmo Joentaa, incapaz de asumirlo, quiere volver al trabajo cuanto antes. No puede soportar quedarse ni un segundo más en su casa, situada frente a un lago de belleza inquietante, en un solitario paraje a las afueras de Torku. En la comisaría, su jefe, el antipático Ketola, acepta asignarle un nuevo caso: una mujer ha aparecido muerta en su casa, asfixiada en la cama con una almohada. La puerta no ha sido forzada, no ha habido robo, no hay móvil. Joentaa no tardará en descubrir que se enfrenta a un escurridizo asesino en serie que se gana la confianza de sus víctimas y se obsesionará con la investigación. La angustia que ambos sienten acabará creando una extraña empatía entre el criminal y su perseguidor.

Silencio de hielo
Nadie sabe mejor que Kimmo Joentaa lo que significa perder para siempre a un ser querido; lo que se siente cuando al miedo le sucede el convencimiento íntimo de que un ser querido nunca volverá, pues no ha podido rehacerse de la muerte de su esposa. Eso explica también que el comisario de Turku, en Finlandia, se niegue a arrebatar la esperanza de los padres de Sinikka Vehkasalo, quienes confían en que su hija, desaparecida sin dejar rastro, siga aún con vida. Aunque él lo sabe, no le queda otro remedio que callar. Pero el paralelismo es demasiado evidente. En el mismo lugar, hace treinta y tres años, se cometió otro asesinato, nunca esclarecido, de una muchacha que paseaba en bicicleta. Y Kimmo no es el único que ha relacionado ambos casos, sino también su viejo colega Ketola, retirado desde hace pocos meses, pero que llevado por la esperanza de hallar por fin respuesta a las incógnitas de antaño, se lanza a investigar el viejo caso todavía pendiente.

El invierno de los leones
Un frío día de Navidad el médico forense Patrik Laukkane aparece apuñalado en el bosque. Sus compañeros de la policía de Turku, entre ellos el agente Kimmo Joentaa, empiezan a investigar su entorno, convencidos de que su muerte está relacionada con su trabajo policial. Pero cuando, pocas horas después, aparece asesinado un modelador de muñecos anatómicos que participó en un programa de televisión en el que también tomó parte Laukkane, todas las pesquisas se centran en la polémica emisión, sobre todo tras descubrirse que el presentador que los entrevistó ha escapado a duras penas de sufrir la misma suerte que ellos.
Joentaa no tarda en intuir que las muertes están relacionadas con los casos que se trataron durante el programa, pero no consigue descubrir la conexión: ¿encontrará la verdad a tiempo de impedir que el asesino  complete su venganza presentándose personalmente en el programa?


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