lunes, 20 de junio de 2011

Basta de refugiados en el mundo…

«El problema de las situaciones de refugiados prolongadas ha alcanzado enormes proporciones. De acuerdo con las estadísticas más recientes del ACNUR, alrededor de seis millones de personas (sin incluir el caso especial de los más de cuatro millones de refugiados palestinos) han estado viviendo en el exilio durante al menos cinco años. Más de 30 de estas situaciones se encuentran en todo el mundo, la mayoría de ellas en países de África y Asia que están luchando por hacer frente a las necesidades de sus propios ciudadanos».
Comunicado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados, António Guterres,
en «Exilio permanente», diciembre de 2008.

Un mundo pacífico y próspero es aquel en el cual las personas pueden sentirse seguras en sus casas, con sus familias y en sus comunidades. Es un mundo en el que pueden sentirse cómodas en su país, en su cultura y en la familia de naciones y pueblos de nuestro planeta.
A veces, por razones económicas o por otros motivos personales, hay quienes deciden abandonar sus hogares para comenzar una nueva vida en un nuevo lugar. Ya sea para bien o para mal, estas decisiones son fruto de una decisión premeditada.
Pero cuando la naturaleza actúa en forma de desastres naturales, sus hogares se ven arrastrados por el agua o el viento, o derrumbados, devastando comunidades enteras. Cuando la guerra o los disturbios civiles asolan una comunidad, la gente se ve obligada a desplazarse o simplemente emigran para proteger su vida. En estos casos más extremos, les quedan sólo dos opciones: morir a causa de la privación, de una agresión o del genocidio; o la vida en el exilio. Solo hay que pensar en quienes se han visto obligados a huir de la violencia en Darfur para apreciar la gravedad de sus necesidades.
Durante años, muchos países y regiones han celebrado un día nacional -incluso semanas- del refugiado. Uno de los más conocidos fue el Día del Refugiado Africano, que se celebra el 20 de junio en varios países.
Como una expresión de solidaridad con África, continente que alberga a la mayoría de los refugiados del mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó la resolución 55/76 de 2001, estableció el 20 de junio como «Día Mundial del Refugiado».
Diez años después, en 2011, en América Latina y España, y bajo el lema «Ponte en los Zapatos de un Refugiado y Da el Primer Paso para Entender su Situación» se hace hincapié en la situación de los refugiados y solicitantes de asilo tanto en las zonas urbanas como en las pequeñas comunidades de frontera, donde luchan por integrarse en las sociedades de acogida, para conseguir un empleo y el acceso a los servicios básicos, como salud o educación, a menudo enfrentándose a la discriminación y la xenofobia.
Es así que la invitación a «ponerse en los zapatos de un refugiado» es también un llamado a desafiar la intolerancia y la indiferencia hacia personas que para salvar sus vidas lo han perdido todo, menos que la determinación de volver a empezar.
Cada día, millones de refugiados se enfrentan a asesinatos, violaciones y el terror. Creemos que incluso
«Un refugiado sin esperanza, es demasiado».

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