viernes, 3 de junio de 2011

El reino del revés y Cambalache…

Una Guía escolar compara la corrupción de Estado con copiarse en un examen…
Fue elaborado por la Oficina Anticorrupción para que los docentes secundarios de todo el país lo usen en las aulas para tratar el tema.
Y para sorpresa de todos, en el citado cuadernillo se compara a un funcionario público corrupto con alguien que tira un papel a la calle o no paga el boleto del tren.



La guía escolar usa como mecanismo de enseñanza la comparación de acciones: Por ello copiarse en un examen o no pagar el bolero del tren es igual con la corrupción de Estado.
Al referirse a la «gravedad” de diferentes tipos de transgresiones, pone el caso de «un funcionario que se queda con dinero destinado a insumos para los hospitales» y se pregunta si es legítimo compararlo con viajar sin pagar boleto.
La respuesta es que «si bien en muchos casos la diferenciación es correcta, la manera de leer la gravedad puede ser cuestionada”. Lo argumenta así: «Cuando pensamos en una práctica transgresora extendida en la sociedad, por más pequeña que parezca (arrojar papeles en la calle) no debemos medir la gravedad solamente por el tipo de acto transgresor que un individuo realizó, sino por el volumen de individuos que lo hacen generando así una condición adversa que no existiría si ninguno o muy pocos lo hicieran. En esta segunda lectura podemos tomar conciencia de la gravedad de esta acción al comprender que todos los papeles arrojados tapan cloacas y canales que contribuyen a las inundaciones en la que, muchas veces, mueren personas».
Según dijeron al diario Clarín, Daniel Sabsay, abogado constitucionalista, la guía es «la minimización de una terrible actividad como es la corrupción. Es absurdo, como comparar peras con manzanas. Uno es un acto privado de una persona privada. El otro es cometido por un funcionario público».
«Hay que tener cuidado con alterar los valores básicos de la democracia, opinó otro abogado constitucionalista, Gregorio Badeni. No se puede reducir la gravedad de la corrupción de un funcionario público. Esto tendría que quedar claro en la guía, reforzando la idea de que la corrupción cometida desde el Estado es mucho más grave que la de un ciudadano común. Este material debería haber pasado por más filtros para evitar picardías y tergiversaciones».
También, Andrés Gil Domínguez, profesor de Derecho Constitucional de la UBA, aseguró que: «Es como decir que el terrorismo de Estado y la delincuencia común son lo mismo. Son contenidos mal construidos y mal comunicados. No es un buen mensaje para los alumnos en términos de cultura constitucional. La intención de prevenir y combatir las transgresiones en la vida cotidiana puede ser buena para trabajarla desde la escuela, pero se anula con una postura conceptualmente equivocada».
Por último, para Juan Carlos Vega, diputado de la Coalición Cívica y presidente de la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados, «la guía debería decir que la corrupción es un delito del poder siempre. Que la gente tire papelitos en la calle, en cambio, tiene que ver con la desesperanza, porque los que violan la ley son siempre personas del poder».
La idea y difusión se realiza a través de un convenio con el portal Educ.ar, portal educativo de la Nación, destinado a ejecutar las políticas definidas por el Ministerio de Educación, con el objeto de divulgar a un millón de alumnos este cuadernillo de 62 páginas, titulado «¿Y vos qué? », en la materia Formación Ética y Ciudadana. Lo acompaña con un DVD que expone una ficción de las transgresiones de un personaje llamado «Juan».
«Pareciera existir la noción que tener la intención de transgredir, por ejemplo cuando un funcionario lleva a cabo un acto corrupto, es muy diferente que hacer una transgresión simplemente porque surgió una oportunidad. ¿Pero es así?», se pregunta el texto. En la página 39 dice que hay una diferencia en la gravedad de las transgresiones pero que ambas tienen en común «la intención de transgredir». Y luego, en la página 43, ya cuestiona la manera de leer la gravedad. Concluye que tirar papeles en la calle puede terminar con personas muertas.
Pero ante la sorpresa de todos, sin dudas… Esto es la argentina hoy…«El Reino del Revés y Cambalache…»
Y parece que se hace realidad El Reino del revés de María Elena Walsh
«Me dijeron que en el Reino del Revés…, que un ladrón es vigilante y otro es juez…»
Y también al final, tenía mucha razón Enrique Santos Discépolo, en «Cambalache»
«Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé... En el quinientos seis y en el dos mil también… ¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!... ¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador!... ¡Y todo es igual! ¡Nada es mejor!... ¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón!... ¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril... El que no llora no mama y el que no roba es un gil!...»

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