martes, 14 de junio de 2011

«Che» Guevara un quijote americano….

Hoy se conmemora el 83 aniversario del nacimiento de Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como Ernesto «Che» Guevara, simplemente  el «Che».
Combatido o venerado incondicionalmente, el «Che» es uno de los grandes mitos políticos de la Argentina del siglo XX. Encarnó el ideal de justicia social en un territorio dramáticamente postergado. El misterio que rodeó ciertos aspectos de su vida y de su muerte fue alimentando la leyenda. Y el mito sostiene la llama devenidas en leyendas de pasión mundial. 
Había nacido en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928, en el seno de una familia de clase media. En 1953 finalizó sus estudios de medicina en la Universidad de Buenos Aires. Durante sus viajes por diversos países latinoamericanos fue cuando entró en estrecho contacto con la miseria, con el hombre y con las enfermedades, sintiendo unas ganas inmensas de ayudar a esa gente con su esfuerzo personal.
Fue entonces cuando se convenció que la revolución era el único medio para erradicar la miseria y conseguir la unión política de las naciones hermanas del continente.
En 1953 viajó a Guatemala donde Jacobo Arbenz emprendía un amplio programa de reformas sociales, pero el golpe de estado del año siguiente obligó a Guevara a trasladarse a México. Allí conoció a los hermanos Fidel y Raúl Castro, que junto con otros exiliados cubanos estaban preparando un asalto revolucionario contra el gobierno de Fulgencio Batista.
En noviembre de 1956, el grupo revolucionario dirigido por Fidel Castro desembarcó en la provincia cubana de Oriente. En el primer encuentro con las tropas de Batista murieron casi todos los insurgentes. Castro, el «Che» (apodo dado a Guevara por su origen argentino) y los otros supervivientes se refugiaron en la Sierra Maestra, desde donde iniciaron la revolución que culminó en enero de 1959 con la entrada triunfal en La Habana.
Guevara ocupó puestos de gran relevancia en el gobierno de Fidel Castro, entre ellos el de director del Departamento de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Presidente del Banco Nacional y Ministro de Industria. Representó a Cuba en conferencias y foros internacionales y se destacó, además, por sus constantes ataques al imperialismo de los Estados Unidos. Considerado por su obra teórica como un marxista heterodoxo, el «Che» Guevara encarnó los ideales de la juventud izquierdista de la década de 1960.
Entre 1965 y 1966 desapareció de la vida pública y paró algún tiempo en el Congo, donde colaboró en la organización de un grupo revolucionario. En otoño de 1966, el «Che» comenzó a organizar la guerrilla revolucionaria en la región boliviana de Santa Cruz.
El 8 de octubre del año siguiente su grupo fue aniquilado por el ejército boliviano y asesorado por la CIA. Ernesto Guevara fue herido y apresado; siendo ejecutado pocos días después. Así murió el hombre que quiso crear al hombre nuevo con su ejemplo, con su vida, con sus obras; un hombre que defendió sus ideas con las armas y sus teorías con la acción.
Che Guevara un quijote americano….
Hoy se conmemora el 83 aniversario del nacimiento de Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como Ernesto «Che» Guevara, simplemente  el «Che».
Había nacido en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928, en el seno de una familia de clase media. En 1953 finalizó sus estudios de medicina en la Universidad de Buenos Aires. Durante sus viajes por diversos países latinoamericanos fue cuando entró en estrecho contacto con la miseria, con el hombre y con las enfermedades, sintiendo unas ganas inmensas de ayudar a esa gente con su esfuerzo personal.
Fue entonces cuando se convenció que la revolución era el único medio para erradicar la miseria y conseguir la unión política de las naciones hermanas del continente.
En 1953 viajó a Guatemala donde Jacobo Arbenz emprendía un amplio programa de reformas sociales, pero el golpe de estado del año siguiente obligó a Guevara a trasladarse a México. Allí conoció a los hermanos Fidel y Raúl Castro, que junto con otros exiliados cubanos estaban preparando un asalto revolucionario contra el gobierno de Fulgencio Batista.
En noviembre de 1956, el grupo revolucionario dirigido por Fidel Castro desembarcó en la provincia cubana de Oriente. En el primer encuentro con las tropas de Batista murieron casi todos los insurgentes. Castro, el «Che» (apodo dado a Guevara por su origen argentino) y los otros supervivientes se refugiaron en la Sierra Maestra, desde donde iniciaron la revolución que culminó en enero de 1959 con la entrada triunfal en La Habana.
Guevara ocupó puestos de gran relevancia en el gobierno de Fidel Castro, entre ellos el de director del Departamento de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Presidente del Banco Nacional y Ministro de Industria. Representó a Cuba en conferencias y foros internacionales y se destacó, además, por sus constantes ataques al imperialismo de los Estados Unidos. Considerado por su obra teórica como un marxista heterodoxo, el «Che» Guevara encarnó los ideales de la juventud izquierdista de la década de 1960.
Entre 1965 y 1966 desapareció de la vida pública y paró algún tiempo en el Congo, donde colaboró en la organización de un grupo revolucionario. En otoño de 1966, el «Che» comenzó a organizar la guerrilla revolucionaria en la región boliviana de Santa Cruz.
El 8 de octubre del año siguiente su grupo fue aniquilado por el ejército boliviano y asesorado por la CIA. Ernesto Guevara fue herido y apresado; siendo ejecutado pocos días después.
Así murió el hombre que intentó cómo un «Quijote americano» con su ejemplo, con su vida, con sus obras, con sus ideas, con las armas y con sus teorías liberar de la opresión a los pueblos del mundo.
Fue el «Che» un viajero sin pausa de la revolución, un aventurero romántico que pretendió enlazar un sueño personal con un objetivo político común. Impetuoso, impaciente y fatalista, pero a la vez sensible, idealista y extremadamente obstinado, hizo de su natural resistencia a ser institucionalizado una bandera de lucha. Representó el antisistema y, cuando la revolución cubana se hizo carne y él integró sus cuadros ejecutivos, y no dudó en retomar la aventura errante y la lucha en la selva boliviana.
Para algunos el apóstol de la revolución latinoamericana, asesinado trágicamente en cumplimiento de su ideal, devenido en mito, si en mito porque el «Che» encarnó como pocos la figura arquetípica por excelencia del héroe que pelea contra la injusticia. Y que al final sucumbe, víctima de su propia ingenuidad, mártir de su propia utopía.
Para otros, sus críticos fue un abominable asesino, al que han pretendido describir en algunas de las tantas biografías aparecidas en los últimos años.
Y en esto radica la sustancia del mito, rodeado de virtudes excepcionales, verdadera o novelesca, a quien importa, todo personaje mítico canaliza fantasías colectivas, y queda definitivamente instalado como arquetipo y paradigma.
Pero más allá de todo, difícilmente se podrá desvirtuar la imagen arraigada en el imaginario popular a través de las generaciones venideras. Y el mito estará siempre allí, para sostener la llama del «Che» que logró convertirse en leyendas y en pasión.
Así como alguna vez cabalgó el «Quijote» sobrepasando todos los obstáculos, creyendo fuertemente que el mundo podía mejorar. Así también el «Che» cómo viajero sin pausa de la revolución, y cómo aventurero romántico pretendió liberar de las injusticias al mundo…
Como un Quijote americano…

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